Intolerancias alimentarias: tipos y soluciones bio

Quizás tú o algún familiar o amigo cercanos conviváis con alguna intolerancia alimentaria. En este caso, sabrás la importancia que posee el control sistemático de las comidas.

En un restaurante o en cualquier comida fuera de casa don de no conozcas qué alimentos han sido utilizados en su elaboración, siempre estás pendiente. No te queda más remedio. Conoces los efectos nocivos que puede ocasionar en la salud la ingesta de alimentos que te dañan a ti o a tus seres queridos a causa de una intolerancia. Por ello, optar por una alimentación sana y ecológica, así como incluir alimentos con las mismas propiedades (o mejores) que sustituyan aquellas sustancias que te generan intolerancia es una tarea fundamental para evitar carencias de nutrientes esenciales.

Las intolerancias alimentarias se producen ante la no generación de Inmunoglobina E (IgE) que defienda al organismo de sustancias para las que no está preparado por la insuficiencia de determinadas enzimas. Se diferencia de la alergia a los alimentos en que, en este caso, la respuesta inmune del organismo es la generación exagerada de estos anticuerpos (IgE) al entrar en contacto con el alérgeno. Mientras que las alergias alimentarias, además de urticarias y manifestaciones cutáneas exacerbadas (los síntomas más frecuentes), pueden desembocar en shocks anafilácticos con riesgo de perecimiento; los problemas más comunes en una alergia alimentaria no suelen pasar de trastornos alimentarios.

Observamos, a continuación, cuáles son las intolerancias a alimentarias más frecuentes entre la población. Quizás te sientas identificado o identificada con alguna de ellas. En caso contrario, te vendrá bien aprender algo más sobre estas dificultades.

Intolerancia a la lactosa

No es un fenómeno aislado. De hecho, alrededor del 70% de los adultos sufre intolerancia a la lactosa en todo el mundo. La enzima lactasa se encuentra en el intestino delgado y actúa sobre los azúcares de la leche (lactosa) para descomponerlos en otros más simples (glucosa y galactosa). Una actividad débil o insuficiente de esta enzima puede hacer que la lactosa sin diluir (y sin absorberse por el torrente sanguíneo) pase al intestino grueso, fermentando ante la química de su flora intestinal y ocasionando trastornos digestivos como flatulencias, dolores abdominales e incluso diarrea.

La innovación alimentaria, ante la normalización de esta intolerancia, no cesa en desarrollar alimentos consumibles por las personas que padezcan estas dificultades. Por ejemplo, la leche de vaca convencional puede ser sustituida por productos de soja u otras leches tratadas en laboratorio donde se ha eliminado la presencia de lactosa. Los yogures ( derivados de la fermentación de la leche) y los quesos duros suelen ser bien tolerados en personas diagnosticadas.

Intolerancia a la sacarosa

Su explicación es similar a la de la intolerancia a la lactosa. Pero, en este caso, es la debilidad de la enzima sacarasa, situada en el intestino delgado, la que provoca la intolerancia a los azúcares refinados convencionales, que pueden provocar problemas digestivos graves.

Sustituir la sacarosa por fructosa es una de las bases de los tratamientos encaminados a evitar síntomas desagradables (irritabilidad, ansiedad, calambres estomacales, diarrea, flatulencias…). Además, incluir alimentos que contengan la enzima invertasa recubierta por alginato de sodio ayuda a una alimentación sana en las personas con esta deficiencia.

Intolerancia a la trehalosa

Es poco conocida, pero la intolerancia a los champiñones está siendo objeto de numerosas investigaciones científicas ante el aumento de sintomatologías relacionadas con su consumo. La trihalosa es un disacárido que, en su ausencia en el intestino delgado, imposibilita el desdoble de las moléculas de glucosa y su absorción por el torrente sanguíneo, pasando al intestino grueso y fermentando en él ante la acción de las bacterias de la flora intestinal.

Sus síntomas son siempre los mismos que los mencionados con anterioridad, por ello determinar la intolerancia a la trehalosa, al ser poco frecuente, únicamente se puede realizar obteniendo una muestra de la vellosidad del intestino delgado para determinar la cantidad de enzima existente. También puede confundirse con la Enfermedad de Crohn y el intestino irritable.

Intolerancia al gluten

La enfermedad celíaca o enteropatía son las denominaciones comunes a la intolerancia al gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena. Se calcula que 1 de cada 100 personas padecen esta intolerancia, ocasionada por el daño que sufre el intestino delgado al entrar en contacto con el gluten. Esta disfunción ocasiona la dificultad digestiva de absorber otros nutrientes esenciales como grasas, hidratos de carbono, minerales y proteínas. La intolerancia al gluten puede ser diagnosticada en cualquier edad, sin embargo, en el caso de los niños sus efectos pueden dar lugar a desnutrición y cortapisas en su crecimiento.Los trastornos más comunes del celíaco son dolores en el abdomen, diarrea, pérdida de peso e irritabilidad. La única solución para acabar con estas molestias en los intolerantes es la ausencia completa del gluten en sus dietas, ya que el organismo se regenera automáticamente y deja de revelarse ante los alimentos que sí contienen gluten. Debido a la proliferación de esta intolerancia, es fácil encontrar en centros comerciales productos “sin gluten”. En cualquier caso, las normativas comunitarias concernientes al etiquetado de los alimentos e información en restaurantes debe proporcionar toda la información al respecto.

 

Además de todas éstas, también existen las intolerancias a la fructosa y a la galactosa. Aunque poco frecuentes, debido a sus efectos adversos también están siendo objeto de numerosos estudios y diagnosis. La mayoría de las intolerancias son percibidas por los médicos en los bebés ante los lloros que les ocasionan. Sus padres son los primeros en dar la voz de alarma. En el caso de la lactosa, es frecuente que sus síntomas desaparezcan a medida que la persona se adentra en la infancia.

En todos los casos, los alimentos bio y ecológicos proporcionan una fuente de vida saludable que contribuyen a naturalizar los organismos afectados de intolerancias. Los cultivos sin pesticidas y que respetan la originalidad biológica de los alimentos son una buena fuente de nutrición, libre de químicos, que acentúan las reacciones perjudiciales del cuerpo humano. Cuida de tu salud y la de tus seres queridos con la mejor alimentación, sana, equilibrada y ecológica.

Imágenes: mama_mia, Bildagentur Zoonar GmbH

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